Comentario sobre Momento gris
La pintura de pinceladas suaves, a veces yuxtapuestas, sostenida en armonías pigmentarias con el dominio de sutiles variaciones de grises, azules, violáceos y verdes fue el sello distintivo de Walter de Navazio, artista formado en las primeras camadas de la Academia de Bellas Artes nacionalizada en 1905; y, fuera de ella, discípulo de Martín Malharro.
Momento gris es un paisaje poético, habitual en los primeros salones como respuesta al naturalismo heterogéneo de los artistas de la tendencia regionalista. De Navazio fue un artista exitoso: obtuvo el Premio Adquisición en 1913, con
Fresco vespertino, y luego el Premio Europa que le permitió, tras una larga demora, el ansiado viaje a la Italia familiar en 1920.
Momento gris fue presentada junto a
Sauces y
Tarde tranquila en el Salón de 1915, un conjunto homogéneo que fue considerado por la crítica como la confirmación de su excelencia artística en un momento de auge del género del paisaje como representación física de la nación (1).
Walter de Navazio buscó en sus obras presentar lo fugitivo de un momento, no desde la teoría retiniana impresionista, sino tratando de fijar el instante atmosférico de la disolución del yo en la naturaleza. Su pintura aspiraba a una belleza adherente, idealista, de sentimiento liberado. El color entonces se tornaba autónomo resolviéndose en pura forma, resultado de un proceso de abstracción que lo distanciaba del uso de la materia y la luz según el moderno naturalismo de los paisajes regionalistas. El término post-impresionista, con el que generalmente se agrupa a estos artistas, suele ocultar las diferencias, tanto técnicas como ideológicas, que los separan de los que utilizan recursos formales ya establecidos.
En
Momento gris las copas de los árboles se mecen sobre un terreno ondulante y pequeñas figuras humanas son puntos de color en un paisaje totalizador. Los árboles como humanización de la naturaleza fueron un motivo central para “el pintor de los sauces”. En la serenidad de las tardes los combates del mundo moderno han quedado relegados, sin embargo el artista es dominado por una nostalgia de la pérdida, la sensación de un tiempo que todo lo arrastra, la conciencia de la vida breve marcada por la enfermedad. Walter de Navazio sufrió la pesada carga familiar de recuperar desde el arte el patrimonio perdido y la aristocracia de origen (2).
Algunas críticas conservadoras consideraron sus pinturas como una expresión local del “decadentismo” pictórico europeo, que “degeneraba” la representación del paisaje nacional. Fernán Félix de Amador, escritor amigo del artista, comprendió que se trataba de otra intención artística: “Pero hay algo más que un determinado regionalismo cordobés en los paisajes de Walter de Navazio. El lugar es tan solo un pretexto, el paisaje estaba adentro, en aquel milagroso reino de lo subconsciente donde los cuatro brazos perfumados de Ada-Nari señalan los perfectos caminos que conducen a Baghabat” (3). Así, Walter de Navazio no solo era un pintor de la
Einfühlung, de la empatía simbólica, sino también un teósofo.
Siguió a Malharro también en la enseñanza del dibujo; en 1918, entrevistado por su actividad pedagógica, reveló su ideario estético: “creo que debe tener por finalidad que los niños sepan ver, sepan sentir, sepan gustar artísticamente las bellezas de las cosas naturales, no de las cosas lindas, entendamos, sino de las bellas, de las que encierran tonalidades suaves, delicadas, con matizaciones que llenen el alma de una verdadera admiración, esto es se debe despertar el gusto de la belleza” (4).
Momento gris también debe ser entendida como la acción para este despertar deseado en una sociedad dominada por el interés mercantil.
por Roberto Amigo
1— Véase para los salones: Marta Penhos y Diana B. Wechsler (coord.), Tras los pasos de la norma. Salones Nacionales de Bellas Artes (1911-1989). Buenos Aires, Ediciones del Jilguero/CAIA, 1999. 2— Giulio Greco (ed.), I Navazio. Sparsi frammenti ritrovati. L’ultimo atto di un nobile casato e il suo tempo. Caselle in Pittari, Quaderni dei Navis, 2007.
3— Fernán Félix de Amador, “Exposición Walter de Navazio”, La Época, Buenos Aires, 4 de agosto de 1918. Este texto fue reproducido en: Exposición póstuma de obras y estudios de Walter de Navazio, cat. exp. Buenos Aires, Galería Müller, 1923.
4— O. A. C., “Notas de arte: Walter de Navazio”, Vida normal, 5 de marzo de 1918. Álbum de recortes sobre Walter de Navazio, Archivo Mario A. Canale, Fundación Espigas.
Bibliografía
1915. La Union, Buenos Aires, 18 de septiembre, reprod. byn.
1988. PAYRÓ, Julio E., “La pintura” en: AA.VV., Historia general del arte en la Argentina. Buenos Aires, Academia Nacional de Bellas Artes, vol. 6, reprod. p. 173.